El director Miguel Septién explicó que la obra pone sobre la mesa el cuestionamiento de ¿qué es inherente al ser humano: la violencia o la conciliación?
Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).- La obra Un dios salvaje protagonizada por Fernanda Borches, Pablo Perroni, Chumel Torres y Flor Benítez llega al Teatro Milán bajo la dirección de Miguel Septién para cuestionar acerca de la violencia y el ser humano.
En la puesta en escena Un dios salvaje todo comienza con dos parejas en la sala de una casa, en un ambiente incomodo y algo complicado en el que hablan (o eso intentan) de un problema entre sus hijos en el que hubo violencia, Verónica (escritora y especialista en arte) y Manuel (distribuidor de productos para la casa) buscan una solución, en especial Verónica se muestra interesada en que exista un verdadero arrepentimiento de Fernando, el niño que agredió a su hijo, sin embargo, Alan ((abogado de farmacéuticas) y Ana (asesora de patrimonios) tienen otra concepción de lo ocurrido y parece que la conversación se desvía del tema que inicialmente los reunió y la civilidad va desapareciendo. ¿Qué pasará entre estos padres?
El director Miguel Septién explicó que el título de la obra se toma del monólogo del personaje de Alan, ya que la obra pone sobre la mesa el cuestionamiento de ¿qué es inherente al ser humano: la violencia o la conciliación? Algo que se representan bien los personajes de Alan y Verónica, ¿cuál es la raíz intrínseca a lo humano?, el director destacó que lo más importante es preguntarnos qué somos y a donde vamos. Miguel compartió que al final del día es un buen momento para cuestionarse y ser mejores humanos; todos tenemos diferentes impulsos, el punto es reconocer las partes salvajes, las heridas y tratar de trabajarlas, además de empatizar las heridas de quien está al frente.
Las actuaciones atrapan al publico desde el primer momento, los personajes están bien definidos, con características que los diferencian, Alan y Verónica parecen ser polos opuestos, mientras que Manuel y Ana mantienen una imagen más contenida, que guarda y trata de respetar las apariencias, pero eso no resulta muy bien.
La actriz Flor Benítez explicó que esta obra la ha llevado a la entrega total, agregó que el directos les pide que traten de «ir a la yugular» del compañero y eso hace que piensen de manera diferente en otras puestas en escena en las que van construyendo un arco, en esta obra lo dan todo de manera ruda y contundente. Chumel Torres dijo que la obra habla del hartazgo y se dijo agradecido y afortunado por compartir escenario con sus compañeros.
Para Fernanda Borches, Un dios salvaje es ir al límite sin juzgar como actores al personaje, su personaje, Ana, guarda tanto que llega un momento que explota como una olla de presión. Esta obra Es posible sacar toda la oscuridad que hay dentro, ya que el debe ser es muy pesado. Por su parte, Pablo Perroni dijo que esta obra se ha presentado en otras ciudades como en Nueva York y Londres; aunque el texto es muy universal, la adaptación para México resulta perfecta.
Esta obra tiene cuestionamientos importantes, el que destaca es el de la violencia y el deber ser, sin embargo, tiene momentos que permiten disfrutarla como una comedia, lo que la convierte en una gran opción, al salir seguramente habrá mucho que platicar y reflexionar.
Un dios salvaje se presenta en el Teatro Milán (Lucerna 64, esquina Milán, Colonia Juárez, Cuauhtémoc, Ciudad de México) con funciones viernes a las 20:45, sábados 19:30 y domingos 18:30 horas.